viernes, 28 de marzo de 2014

Borrowed Songs (by the Beatles) (4)

John Lennon lo resumía años después: "Cuando Brian murió, supe que ahí se acababa todo...".

George Harrison y Mary Hopkin
 Brian Epstein falleció de sobredosis (accidental, dicen) de barbitúricos, el 27 de agosto de 1967, el mismo fin de semana en que los Beatles conocieron en Gales al Maharishi Mahesh Yogi, que paradoja...finalizaba una etapa, comenzaba otra. Un visionario promotor, decisivo en el auge y universalización de los Beatles, y del pop británico en general. Relativamente olvidado (ni siquiera tiene un hueco en el Salón de la Fama del Rock and Roll), gestionó eficazmente el mayor fenómeno musical de todos los tiempos, incluso ayudó a fundar la compañía que posteriormente se convertiría en Apple Corps, su muerte no fue el caos, pero se le pareció bastante.
 Seguramente la segunda etapa de canciones "prestadas" deba de comenzarse en el 68, (aunque a nivel discográfico me gusta mas enmarcarla en el 66) donde sus composiciones comienzan a estar marcadas por diversos condicionantes, la presencia de las drogas, el agotamiento de la banda, sus rupturas internas...(no es un análisis ortodoxo, sólo una manera de poder organizar estos posts, así que no me repliquéis con datos y fechas..) un largo etcétera que les había llevado a abandonar las armonías bocales y los ritmos beat, en una introspectiva búsqueda de madurez, un tira y afloja interno, entre conciencia social, complacencia pop, evolución musical, experimentación, y algo del ego henchido del triunfador. Aunque como directivos de una compañía discográfica, su labor de tutelar e impulsar los artistas de su sello les obliga a implicarse a un nuevo nivel, algo que solía hacer siempre Epstein, un nuevo reto que hace tambalearse mas aún el núcleo Beatle...


El primer proyecto de Apple Corps (bajo la división de Apple Films) fue la película Magical Mystery Tour, proyecto fallido de Paul McCartney para mantener la banda unida, limar asperezas y crear buenrollismo. Nada de eso pasó, así que cada uno volvió a sus cosas, entre ellas, involucrarse en las sesiones de grabación de los artistas de su sello discográfico. Durante su primer año, Apple Records y Apple Publishing firmaron con varios artistas notables como James Taylor, Billy Preston, el virtuoso del sitar Ravi Shankar (padre de Norah Johnes), John Tavener,... aunque su primer fichaje fue una apuesta por una desconocida banda con potencial, que habían pasado inadvertidos entre 1965 y 1967 con el nombre de The Iveys. Los cuatro Beatles, que en aquel momento casi nunca estaba de acuerdo en nada, si coincidieron en que Badfinger (que así se llamaron cuando ficharon por Apple) lo tenían todo para triunfar. Posiblemente, para ser justos con su talento y su triste y deprimente historia, exprimidos, masticados, digeridos y regurgitados por la industria discogáfica, Badfinger merezcan un post aparte (quien sabe, tal vez en otra ocasión), hoy nos conformaremos con unas pinceladas. Una vez en Apple, Badfinger dieron buena cuenta de sus dotes compositivas en su primer single "Maybe Tomorrow". No hay ni que decir que fue Paul McCartney (un tanto marimandona), quien decidió tutearles. Paul había grabado una demo de una de sus composiciones mientras esperaba a sus colegas en Abbey Road (lo hizo todo, las voces, piano, batería, bajo, maracas...), sabía que era un buen tema, pero no encajaba en los Beatles, así que vio en Badfinger la opción perfecta para su nuevo tema. Les cedió "Come an Get it", pero les puso una condición, debían de grabarla igual a la maqueta que él había hecho, sin hacer cambios ni florituras (finalmente sólo rebajaron el tempo). El resultado fue todo un éxito, un millón de copias vendidas, top4 en las listas británicas y 7 en Billboard.. "Come And Get It" apareció incluido en la BSO de la película The Magic Christian protagonizada por Peter Sellers,un trabajo que Rolling Stone definió como “una buena forma de limpiar el aire después del paso de Led Zeppelin"...fue el principio de los "nuevos Beatles", Badfinger, peleles de McCartney y marionetas del destino pop...una lástima...otro día os lo cuento...



 Jackie Lomax había sido uno de los pioneros del Merseybeat, a principios de los 60 solía tocar en The Cavern junto a su banda The Undertakers, allí conoció a John, Paul, George y Ringo. cuando el éxito le volvió la espalda decidió probar suerte en solitario, hizo algo con CBS que nunca vio la luz, así que a finales de esa misma década, al recibir una llamada de su amigo Harrison interesándose por él, no lo dudó ni un momento y aceptó encantado el mecenazgo de su camarada. En 1968, en Rishikesh, India, tras una de las clases del Maharishi sobre los beneficios de la meditación, George concibió "Sour Milk Sea" con la intención de que formara parte del White Album de los beatles, sin embargo fue descartada por el resto de sus compañeros de banda. Al fichar a Lomax le ofrecieron de inmediato el tema de George, y al tratarse de un viejo amigo, decidieron implicarse en la grabación el propio Harrison, su amigo Eric Clapton, Paul McCartney, Ringo Starr y Nicky Hopkins. El tema fue bien acogido por la crítica, demostraba la madurez compositiva de Harrison en el ocaso de los Beatles, las emisoras de radio la pinchaban con frecuencia, sin embargo no fue el hit que Apple esperaba, un sonoro fracaso comercial que Lomax no conseguiría remontar, hasta grabó un single con Paul McCartney en una sesión la noche antes de casarse con Linda, usando a todos sus músicos… pero nada. Parecía que Apple estaba gafado, y sus músicos destinados al fracaso, una lástima, por que Jackie tenía voz y distinción para ser una baza ganadora...



 El "fracaso" del single de Jackie Lomax fue propiciado por la comparativa con el extraordinario éxito de los anteriores lanzamientos de Apple, “Hey Jude” de los Beatles y “Those Were The Days” de Mary Hopkin se alternaban en el número 1 a finales del 68, Mary fue una de las protegidas favoritas de Paul, su relación fue muy fructífera y duradera, se volcó en la joven galesa desde el día en que la modelo Twiggy se la recomendara tras verla en un concurso de talentos televisivo (Oportunity Knocks, que lo ganó por cierto cantando "Turn Turn Turn" de los Byrds). Para su debut en Apple, Paul le ofreció "Those were the days", una adaptación al inglés de una melancólica balada gitana, un tema popular ruso ("Дорогой длинною") que había tenido relativo éxito entre los artistas folk de principios de los 60, que los Moody blues había rechazado grabar en 1966. Adaptado a la preciosa y vibrante voz de la Hopkin, el tema fue un rotundo éxito, que la colocó en la cima del éxito, en ese momento McCartney decide ofrecerle un tema a su medida. Así surge "Goodbye", una canción compuesta deprisa a principios del 69, para aprovechar el tirón del éxito inicial de la artista. Para acelerar el proceso de aprendizaje, Paul le grabó la canción a Mary en una cinta casera, los arreglo orquestales fueron a cargo de Richard Hewson , que también había orquestado "Those Were the Days". El resultado fue otro éxito masivo, Paul se volcó en la promoción, en su primera rueda de prensa Mary fue acompañada por el Beatle, su esposa Linda, y para arroparla llevó también a Donovan, Eric Clapton, y a Jimi Hendrix. El single cosechó triunfos en toda Europa, y se colocó en el nº 2 del Reino Unido (tras "Get Back", otra composición de McCartney). Una preciosa balada, muy del tono de otros trabajos de Paul en aquel momento ("I Will", "Mother Nature's Son") que perfectamente podría haberse incluido en el White Album de los Fab Four...

jueves, 13 de marzo de 2014

Borrowed Songs (by the Beatles) (3)


Tommy Quickly y Billy J. Kramer


Podríamos decir que, en lo referente a canciones Beatles cedidas a otros artistas, existen dos etapas bien diferenciadas, en la primera, estimulados principalmente por el interés crematístico de Brian Epstein y, por que no decirlo, por McCartney, subido a la ola del éxito y con una ambición desmedida por dejar su huella en la historia del pop (Lennon compartía en parte esa necesidad, pero su desilusión llegó pronto, y cambió su visión del asunto, y con ello sus prioridades). La segunda, que por razones evidentes me gusta enmarcarla en la creación del sello Apple, la abordaremos mas tarde, antes debemos hacer un último repaso a las canciones compuestas para otros artistas en el auge de la beatlemania, marcados por el estilo que hizo popular a los fab-four en sus inicios, un sonido fácilmente identificable, respaldado por un éxito masivo, codiciado por la industria e imitado por muchos de sus coetáneos, eso sí, con los matices de la evolución propia de Lennon y McCartney, y el aporte personal del artista al que iba destinado, comencemos...

 Paul siempre fue el Pigmalión Beatle mas activo, prestaba y componía sin parar en un afán desmedido de gloria pop, Lennon le seguía de cerca, al menos al comienzo, pero su perfeccionismo y su constante evolución le hacía ser mucho mas cauto con sus temas, y con la gente a la que se los cedía, por eso se volcó con Billy J. Kramer. Habitualmente Brian Epstein solía rescatar descartes de los Beatles para ofrecerlos a sus protegidos. Billy solía llevarse las mejores partituras, y antes de publicarlas solía consultar con Lennon sobre el resultado, tomaba muy en serio la opinión de su "mentor". Así que cuando le mostró su versión de “One and one is two”, un tema de McCartney que nunca dio la talla para los Fab-four, John le dijo: "Billy, amigo, publica este sencillo y tu carrera musical se habrá acabado". Por supuesto Kramer le hizo caso. Pero Epstein no quería desaprovechar ni una sola nota de sus chicos así que se la ofreció a los Fourmost, pero a Brian O'Hara, líder del cuarteto, le pareció simplona y no perdió tiempo ni en grabar una prueba. El tema parecía destinado al olvido, pero un desconocido grupo sudafricano, con cierto éxito en Rhodesia,  afincado en Liverpool y con ganas de hacerse un hueco en las listas de éxito europeas, the Strangers with Mike Shannon  aceptaron encantados el tema, a sabiendas que un "Lennon/McCartney" siempre les abriría muchas puertas. Pero no fue así, su repercusión fue casi nula, aunque hizo que la banda consiguiera hacer algunos bolos... y es que como vaticinó Lennon, el tema no era ninguna joya... a veces los Beatles también componían algún fiasco...(pero por eso lo descartaban)...

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Como todos sabéis los cuatro de Liverpool eran básicamente una banda vocal, los temas instrumentales de su discografía son puramente anecdóticos, el blues "12 Bar Original" (grabado en 1965, sin editar hasta el "Anthology 2"), "Flying" (1967, Magical Mistery Tour), y un par de intentos de emular el sonido de the Shadows grabados mucho antes del primer éxito Beatle: "Cayenne" compuesta por McCartney, y grabada en su casa a comienzos del verano de 1960 con Stuart Sutcliffe maltratando el bajo, y la destacable "Cry for a Shadow" (Harrison/Lennon 1961), un poderoso acercamiento al particular sonido de la guitarra de Hank Marvin, que iba a ser lanzado como cara B de un single de Tony Sheridan (al que acompañaban como "the beat Brothers"), destacable por curioso y por ser el único tema acreditado a John y George juntos (y sin Paul). Muchas de estas curiosas y precoces composiciones fueron recuperadas en recopilaciones, como material inédito, curiosidades, demos, etc... sin embargo algunas tuvieron una segunda oportunidad en manos de otro artista. A finales de los 50, cuando todavía eran The Quarrymen, McCartney compuso una pieza instrumental al estilo del Jazz que solía escuchar de pequeño, “Catswalk” nunca fue grabada por los Beatles (existe un registro de un ensayo en el Cavern, a finales del 62), así que en 1967, cuando conoció al mítico trompetista y trombonista Chris Barber, no dudó en ofrecérsela. En julio de aquel mismo año grabaron una primera versión en el Marquee Club de Londres, junto a su banda The Chris Barber Band. Ambos artista convinieron que se podía hacer mejor, una semana después volvían a intentarlo en  Chappell Recording Studios donde quedó registrada a modo de jam session con público bajo el nombre de "Catcall", se dice que el propio Macca tocaba el órgano aquel día, y entre el batiburrillo de voces que se escuchan al final de la pieza están la del propio McCartney y su novia Jane Asher...

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Y finalizamos esta primera etapa con otro tema que no funcionó (vaya los tres de hoy no es que sean grandes hits), otro rescate de la papelera Beatle que Brian Epstein colocó a uno de sus protegidos con el propósito de subir su popularidad y así vender mas discos. A mediados de 1963 un jovencito risueño y pecoso estaba a punto de lograr el sueño de cualquier artista británico. Brian Epstein se había fijado en su voz al frente de the Challengers, el grupo no le gustaba, pero él si, le había diseñado un lanzamiento artístico que le iba a llevar a lo mas alto, mucha publicidad, presencia en los medios, shows televisivos, giras... y lo mas importante, un single de lanzamiento firmado por Lennon y McCartney, "Tip of My Tongue" lo iba a colocar en la cima del éxito. Tommy Quickly pensó que Lennon bromeaba cuando le dijo que "aquello era basura de Paul y no suya", George Martin tampoco estuvo conforme con aquel lanzamiento, sabía que era un error, pero Brian estaba convencido de su apuesta. "Tip of My Tongue" salió al mercado sin ninguna repercusión, a pesar de ello, Epstein se esforzó en lanzar la carrera de Tommy, durante los siguientes 18 meses abrió los conciertos de los Beatles, Gerry and the Pacemakers y Billy J. Kramer, salió en televisión, le adjudicaron a Remo Four como banda de acompañamiento, voló a los Ángeles, hizo un especial de navidad... Pero los esfuerzos físicos y económicos de Brian cayeron en saco roto. Tommy Quickly tras tocar levemente el cielo se convirtió en  el fracaso más caro y llamativo de Epstein, una borrón mas de la era Merseybeat. Tal ves por eso Tommy fue uno de los primeros músicos de la historia en sucumbir a las drogas duras, protagonizando una rocambolesca historia de prensa en la que le daban muerto por sobredósis de heroína (en realidad lo ingresaron por una crisis nerviosa). Y es que en aquel momento se  sobrevaloraba en exceso el poder de todo lo Beatle, y en ocasiones podía desencadenar el efecto contrario al esperado... aún así merece que lo recuperemos ¿no?...

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jueves, 6 de marzo de 2014

Borrowed Songs (by the Beatles) (2)



Cilla Black Y Paul McCartney


Avanzamos una semana mas, (re)descubriendo algunos de los temas Beatles que nunca fueron grabados (al menos oficialmente) por los cuatro de Liverpool Lennon y McCartney, sabedores de la demanda del público y la industria de todo lo relacionado con los fab-four, y con el estímulo de su mánager Brian Epstein (me lo imagino con el símbolo del dolar en los ojos), se apresuraron en ampliar su espectro de acción. Entre 1963 y 1969 sello de excelencia Lennon/McCartney, en otros artistas está siempre presente en un gran número de singles de las listas de éxitos, ya sea en versiones o en composiciones escritas expresamente para otros. Por eso los 60 son de los Beatles, sin embargo y a pesar de la prolífica capacidad compositora del dúo británico, crear nuevo material para los nuevos discos de los Beatles, girar con la banda, atender los requisitos de las promociones, y además escribir nuevos éxitos para sus compañeros músicos no era tarea fácil, por lo que decidieron abrir el cajón del olvido, allí donde caen esas composiciones para sí mismos que fueron descartadas por uno u otro motivo, y aquellos otros primigenios temas que compusieron juntos entre 1950 y 1963, ya no eran útiles para the Beatles, pero en plena vorágine Beatle, todo lo relacionado con ellos era oro puro. Algunas de estas canciones gozaron de cierto éxito, otras se diluyen en el olvido (material de gozo para beatlemaniacos), hoy volvemos a rescatar algunas de estas no tan recordadas composiciones, y de paso, conocemos algo de las historias y los interpretes a quien fueron destinadas, comencemos...


 En 1964, mientras Billy J. Kramer conseguía el éxito masivo gracias a "Bad to me" de Lennon, McCartney decidía que sus composiciones podían ser un buen material para una artista femenina, así que decidió volcar su talento en una joven promesa de Liverpool (rollete tal vez?, quien sabe) llamada Priscilla Maria Veronica White. La joven artista era una conocida de los Beatles en la época en la que comenzaron a saborear sus primeros triunfos, trabajaba a media jornada como como asistente de vestuario en The Cavern (el mítico club que hicieron famoso en todo el mundo los Fab Four). Decidida a ser artista, cuentan que la joven había subido a cantar en mas de una ocasión con Rory Storm and the Hurricanes (grupo en el que tocaba la batería Ringo Starr, junto al que interpretaba a dúo el tema "Boys"), pronto destaca y comienza a cantar con el nombre de "Swinging Cilla" o "Cilla White". Cambió su nombre artístico cuando un periodista escribió un artículo sobre uno de sus conciertos en the Cavern, posiblemente amnésico por algún exceso, olvidó el apellido de la chica, recordaba que estaba relacionado con un color, apostó erróneamente al negro y cambió “Cilla White” por “Cilla Black” que, todo sea dicho, tenía mas personalidad. Cilla fue presentada a Epstein por los propios Beatles, quien le consigue un contrato con Parlophone, la pelirroja se convierte en una máquina de hacer éxitos, su primer single “Love of the loved” entró timidamente en las listas a pesar de tener el sello Lennon-McCartney, Epstein vio que la cosa no funcionaba y le impuso un cambio, le dio una imagen más sofisticada y americanizó su repertorio con canciones como “Anyone who had a heart”, de Burt Bacharach, el éxito llegó rápido y volvió a darle canciones escritas por Paul, pronto llegan otros hits como “Step inside love”,  y sobre todo “It’s for you” (1964), con el que McCartney (que toca el piano en el tema) logra desmarcarse del sonido merseybeat, adaptándose a las cualidades vocales de la artista, con este tema conseguiría alcanzar la parte alta de las listas británicas y estadounidenses. 


La fallida prueba de Decca dejó una grabación que posiblemente quedara archivada entre otros descartes, con el éxito de los Beatles será editada ilegalmente una docena de veces, su valor artístico es inferior al gran valor documental, el material fue seleccionado por Brian Epstein, quien se decantó por un puñado de covers, habituales en su repertorio, y sólo tres canciones compuestas por el dúo Lennon/McCartney. Entre ellas la primera escrita por John Winston Lennon, “Hello little girl” (compuesta en 1957), cuya primera maqueta casera fue grabada con Stuart Sutcliffe en el bajo, y en Decca, con Pete Best a las baquetas. Con la eclosión del Merseybeat, decenas de grupos de Liverpool siguieron la estela dejada por los Beatles. The Four Jays intentaban hacerse un hueco, tocaron en The Cavern en 1961, tres semanas antes que los fab-four, pero pasaron desapercibidos, varios cambios internos y algo de rodaje les llevaría de nuevo al mítico club en 1963, esta vez se hacían llamar The Fourmost, eran buenos instrumentistas, los arreglos vocales excelentes, y tanto Brian O'Hara como Billy Hatton tenían unas eficaces voces, así que Brian Epstein se fijó en ellos. Al igual que hizo con los Beatles, les puso en contacto en Parlophone, y con el productor George Martin. La banda tenía un gran impacto melódico, pero les faltaba vivacidad, un sello distintivo, algo al estilo de los Swinging Blue Jeans, así que recurrieron a los viejos temas de los Beatles. Su prometedor lanzamiento fue “Hello little girl” (1963), un estupendo tema rítmico, genial vocalmente, que les colocaría en el Top9 de el Reino Unido (compitiendo con la versión de Gerry and The Pacemakers grabada un par de semanas después). Su siguiente éxito también tendrá el característico sello Beatle, "I'm in Love" les mantuvo en el candelero, incluso haciéndose un hueco en las listas USA. Su trayectoria fue muy irregular (con un top-6 con "A Little Loving", Russ Alquist, 1964), casi se puede decir que desaparecieron en la primavera de ese mismo año. Sin ningún éxito destacable, la banda sufrió un golpe del que nunca se recuperó,  Millward  falleció en 1966 por leucemia. Fourmost fueron perdurables por que ninguno de sus componentes sabia componer, y  además el resto de bandas del momento les superaban en sus directos, su final era inevitable. Paul McCartney les produjo “Rosetta” en 1969 en un vano intento de recuperar viejos laures, pero ya era tarde, su momento pasó, y fue fugaz...


A principios de 1965 los Beatles se encierran en los estudios de grabación de EMI, en el número 3 de Abbey Road, para seleccionar y grabar las siete canciones que se incluirían en "Help!", segunda aventura cinematográfica de la mano de Richard Lester, que (junto a otros siete temas) darían forma al quinto álbum de la banda. Durante aquellas semanas los cuatro de Liverpool intentaron sacarle provecho a todo el material que habían compuesto, algunas canciones no pasaron de una primera toma de contacto, pero grabarían mas de veinte para escucharlas después junto a George Martín y decidir sobre ellas. Al menos media docena de canciones quedaron "en espera", algunas saldrían publicadas como cara B de los singles promocionales, como "Yes It Is", un fallido intento de Lennon de volver al sonido de "This Boy", otras como "If You've Got Trouble" (compuesta para lucimiento de Ringo), serían desestimadas para su uso en la película (a cambio le darían "Act Naturally"), alguna, como "Wait", sería rescatada posteriormente para Rubber Soul, el resto quedaron como material de coleccionista. “That means a lot” fue otro de esos descartes, era una composición de Paul, una balada con un patrón rítmico similar a "Ticket To Ride", intentaron grabarla el 20 de febrero, intentando crear unos arreglos similares al trabajo de Phil Spector y su "muro de sonido", era algo diferente a sus anteriores trabajos, y en un principio quedaron satisfechos. El 30 de marzo retomaron el tema, aquel día acabó todo, Lennon creía que era un pastel demasiado dulce para su gusto, McCartney o estaba seguro, así que decidieron ofrecérsela a alguien que tuviese un estilo al que le fuese mejor. Y así fue a parar a James Marcus Smith (P. J. Proby), un histriónico cantante tejano que llegó a Inglaterra en 1964, invitado por el productor Jack Good, para actuar en el show de televisión “Around the Beatles”. Dirigido por George Martin, Proby dio a “That means a lot” (Liberty, 1965) una gran intensidad dramática, ralentizando el tema, añadió uno coros femeninos, unos arreglos de cuerda (al estilo Yankee) alejándola del sonido Beatle, y poniendo su estupenda voz como eje central del conjunto. Fue el comienzo de la exitosa (aunque irregular) carrera de Proby, una estupenda carta de presentación con el sello McCartney, una soberbia composición que, en mi opinión, los Beatles deberían de haber recuperado uno o dos años después... otro día os cuento mas cosas...