jueves, 23 de mayo de 2013

Vinilos de Oro: "Please Please Me"








En diversas ocasiones me he referido a la maravillosa colección de vinilos de mi padre, una heterogénea selección que marcó profundamente mi infancia. Recuerdo muchos domingos, es esas horas relajadas cercanas al aperitivo, mi madre en la cocina, mi padre inmerso en alguna de esas imaginativas reformas caseras de pintura, electricidad, carpintería, fontanería...(mezcla de "chapuzas" casero y habilidad artesana que, por cierto, también he heredado), en un momento determinado, mientras me pedía alguna herramienta, me decía: "pon un disco anda!", aquello me encantaba, conectaba aquel increíble ampli de bombillas, con su zumbido inicial tan único, y comenzaba a repasar entre los Lp's en busca del adecuado (los singles y Ep's eran para otro tipo de momentos), mi padre solía dejar a mi elección lo que debía sonar. Y la cosa no era sencilla, allí convivían Carlos Santana, Rick Wakeman, Pink Floyd, Supertamp, Elvis, Jerry Lee Lewis, Otis Redding, Simon and Garfunkel, Los Brincos.... en definitiva un variopinto elenco que hacía que te esforzaras en encontrar el sonido adecuado para aquel momento. Una vez hecha la elección, y tras la necesaria y maravillosa liturgia de limpieza y colocación precisa de la aguja, me detenía un momento a contemplar su funda, indagando en los detalles de su contraportada, recuerdo que en muchas de ellas era costumbre añadir un texto (normalmente escrito por un periodista musical) a modo de introducción al disco, curiosidades de cada una de las canciones, detalles destinados a los fans, algo muy común en algunos Lp's entre los 60 y 70. Uno de ellos se convirtió en mi favorito por ese mismo motivo, te hacía conocer (someramente) al grupo, explicando quien cantaba cada tema (algo que me llamaba mucho la atención, yo creía que los grupos tenían un solo cantante, y en este cantaba hasta el batería!), aquel disco era una edición española original de "Please Please Me", y cambió mi manera de escuchar la música, despertando en mí un espíritu curioso, investigador, siempre en busca del detalle o el dato perdido. Aquel disco, y aquella contraportada cambiaron mi vida, lo que yo no sabía por aquel entonces es que también sirvió como punto de partida de la revolución pop mas grande jamas conocida. Yo simplemente disfrutaba con mi padre de unos maravillosos temas que, desde entonces, son parte de mi propia existencia...

 Es imprescindible referirse al 11 de febrero de 1963, día en que John, Paul, George y Ringo se encierran junto al productor George Martin en los estudios EMI de Londres, para una intensa y maratoniana sesión de grabación de 9 horas y 45 minutos, que dará como resultado uno de los discos clave de la historia de la música Pop. Pero para entender el como y el porqué de "Please Please Me" debemos retroceder un poco mas en el tiempo, concretamente al 9 de noviembre de 1961. Brian Epstein, había visto el nombre de the Beatles meses atrás en un cartel, le había parecido tonto y sin gracia, Brian era encargado del departamento musical una de las tiendas de la cadena North East Music Stores (NEMS) en la calle Whitechapel, además de columnista musical en la revista Mersey Beat, durante varios días numerosos clientes le habían preguntado por el single que the Beatles habían grabado con Tony Sheridan en Alemania, como no supo encontrarlo a través de sus contactos habituales, y sabiendo que la banda tocaba habitualmente en el  Cavern Club, un local a solo dos calles de su tienda, decidió ir a verlos y preguntarles directamente sobre aquel sencillo. Según, Alistair Taylor, un empleado de Epstein que le acompañaba aquella tarde, Brian quedó impresionado por la inmediatez de su música, su vibrante ritmo y su carisma escénico, mas tarde mientras conversaba con los cuatro músicos descubrió unos tipos divertidos y con potentes personalidades. Un mes mas tarde se convierte en el mánager de la banda, the Beatles firman un contrato de cinco años con él en el Casbah Club, un pequeño local en el sótano de la casa de Pete Best (por aquel entonces batería de la banda). Epstein nunca firmó el contrato, como señal de confianza, dajando así vía libre a la banda para poder romper su relación siempre que quisieran. Es el principio de todo, convence a los chicos para que cambien sus vaqueros por modernos trajes, diseña un tipo de show menos desordenado, mas elegante (introduce la famosa inclinación sincronizada al final de las actuaciones), lo que incrementa notablemente la popularidad de la banda en sus directos. Sin embargo también consiguieron el rechazo de practicamente la totalidad de los principales sellos discográficos ingleses, finalmente un técnico de sonido amigo de Epstein, decide enviar la demo de la banda a George Martin, un productor de Parlophone (un pequeño sello filial de EMI), acomodado en un puesto fácil y poco arriesgado, publicando música clásica y bandas sonoras de humor (Peter Sellers, Spike Milligan, Peter Ustinov...), quien ve algo en ellos y decide planificarles una audición.



 Martin quedó entusiasmado tras conocerles personalmente, tras la audición decidió que debía contratarles, en un principio diseña un tipo de producción "estándar" para las bandas del momento, les cede un tema “diseñado para el éxito” ("How do you do it?"),ignorando al menos por el momento sus composiciones propias, aunque a regañadientes, graban el tema, pero finalmente fueron los chicos los que impusieron su criterio, y sería “Love me Do” su primer single, un tema blusero, de preciosas armonías vocales, una novedosa intro de armónica… todo estribillo. En ese momento George Martin ya desconfiaba de la capacidad de Pete Best como percusionista, así que en las grabaciones suele sustituirle por un músico de estudio. Pronto se deshace del muchacho y los tres Beatles restantes recomiendan a un tipo que conocieron en Hamburgo, componente de la banda de Tony Sheridan, un tal Ringo Starr.Love me Do” constituyó un éxito extraordinario en Liverpool, mientras "How do you do it?" también conseguiría un gran éxito en las voces de Gerry and the Pacemakers. A “Love me Do” le acompañaba "P.S. I love you", una impresionante muestra del potencial del dúo Lennon/McCartney componiendo canciones, una hermosa, sencilla y desgarradora melodía (una temprana composición de Paul con 16 años, intentando hacer algo parecido a "Soldier Boy" de the Shirelles) con progresiones de acordes inesperadas e inspiradas armonías vocales (sin embargo, por lo precipitado del fichaje de Ringo, en la grabación es sustituido por un eficaz músico escocés, Andy White). George Martin estaba encantado, los chicos estaban implicados, tenían talento, y encima no tenía que buscarles temas para sus grabaciones, cada semana le sorprendían con nuevas ideas o melodías con gran potencial. Con Ringo completamente integrado en el combo, lanzan su segundo sencillo “Please, please me” (cara B “Ask me Why”) tema enteramente composición de Lennon que llegaba con sabor a Orbison al estudio, la conjunción Martin-Beatles comenzaba a funcionar a la perfección, y tras diferentes pruebas, se aceleró el tempo y se añadió la armónica de Lennon, dándole el toque definitivo para convertirse en el primer número 1 de la banda. El primero de 27, hay que decir que la meteorología jugó de su parte, una semana después de su lanzamiento los Beatles tocaban "Please Please Me" en un programa de TV que promocionaba las bandas de Rock nacionales "Thank Your Lucky Stars". Era el invierno más duro en muchos años, y un enorme público de británicos atrapados por la nieve contemplaron en sus televisores  un espectáculo cautivante, cuatro muchachos de Liverpool con un cote extraño de pelo, tocando con furia un pegadizo tema, cuya letra parecía insinuar una súplica de contraprestación orgásmica...



Tras aquella actuación, the Beatles se convierten el la banda del momento, un éxito sin precedentes que obliga a Parlophone a proponerles su primer Long Play. George Martin quería un primer disco en directo, en el Cavern, en su medio, tocando su repertorio habitual (declaró: "Yo había estado en The Cavern Club y había visto de lo que eran capaces. Les dije: "Grabemos todas las canciones que tienen"). Tenía hasta el título “Off The Beatle Track”, y pensada la portada: Los cuatro de Liverpool (Beatles, fonéticamente traducido, “escarabajos”), rodeados de insectos en el Zoológico de Londres, al que Martín era asiduo ya que no estaba lejos de Abbey Road. La idea fue descartada por su complejidad técnica en aquel momento, y lo arriesgado para un primer disco, y menos mal que la portada se zanjó con una magnífica foto de Angus McBean, tomada desde el entresuelo de las oficinas de EMI, en Manchester Square (hoy día no existen) y con los Beatles tres pisos más arriba, asomados a la barandilla del piso. Y así volvemos al 11 de febrero de 1963, un optimista George Martin había alquilado los estudios solo para dos sesiones de grabación, (aunque luego se tuvo que aumentar a una tercera).Lo habitual en los álbumes británicos de doce pulgadas en 1963 era tener siete canciones por cada lado del disco, así que esa mañana de invierno los Beatles llegaron a Abbey Road sabiendo que tenían que grabar diez canciones. Aun grabando en estudio, el concepto de álbum en directo se mantiene, a las ocho composiciones propias de Lennon y McCartney, le acompañan seis versiones, a cuál mejor, de sus ídolos americanos del momento. El inicio es toda una declaración de intenciones...“one-two-three-four!!!” entra potente McCartney en el primer corte “I saw her standing there”, Rock and Roll genuino de cosecha propia (con cierto aire a la manera de contar historias de Chuck Berry), una toma uno genial, salvo alguna pincelada adicional y la intro que se tomó de la 9. Comienza la leyenda...

Con las versiones fueron a lo seguro, una selección de algunos de los temas que venían “trillando” desde hacía años en Hamburgo en sus eternos y anfetamínicos directos. Todas ellas son una magnífica muestra, no sólo de lo diferente que eran a cualquier otra banda del momento, sino de lo que estaba por venir, ningún debut de la llamada Invasión Británica está a su nivel. Menos interesados en el Blues que sus contemporáneos, se decantan por un ecléctico abanico de influencias, y lejos de versionar, demuestran como las han interiorizado, reinventandolas de manera única. Homenajes al estilo vocal de las "Girl groups" del que John era un ferviente admirador, canciones de maestros como Carole King, Gerry Goffin y Burt Bacharach, como "Chains",  "Baby it’s you" o "Boys", originalmente interpretado por The Shirelles y reconvertido, según reza la contraportada en "un rocker que da ocasión al batería Ringo para hacer su primera aparición como vocalista", y en el que se puede apreciar que George Harrison ya era un esmerado colorista. El Soul llega con “Anna (go to him)” del gran Arthur Alexander. Una difícilmente comprensible versión de “ A taste of honey”, proveniente de un musical, a años luz de lo que era marca del grupo, pero que da idea de su versatilidad de estilos y contribuyó a generar un vínculo con los padres de sus fans. Y finalmente el mítico cierre, al más puro estilo “Cavern” con “Twist and Shout”, cuya grabación se dejó para el final del día, ya que Lennon había llegado con un tremendo resfriado, con la garganta dolorida, y George Martin temía que las desafiantes voces del tema dejara sin voz al artista, arruinando así toda la sesión de grabación. Es por eso que su voz suena rota (nótese su su quebrado “cry” en la previa "Ask me Why"), aun así un resultado fue memorable, y debía serlo, ya que el intento de una segunda toma dejó a Lennon absolutamente mudo.



Aparte de los sencillos que les hicieron populares, los Beatles completan el disco con otras cuatro composiciones propias, el seminal inicio con "I Saw Her Standing There" (titulado entonces aún "Seventeen"), “Misery” sencillo y directo, que bien podría haber nacido al otro lado del Atlántico, un tema compuesto originalmente para la cantante Helen Shapiro, pero rechazado por el mánager de esta, en el que George Martin se luce al piano. "Do You Want to Know a Secret", en el que se cede a Harrison la voz principal (probablemente Lennon no se vería con ánimos de cantar semejante ñoñería) y una balada mid-tempo desusadamente introspectiva, inclasificable punto álgido de interpretación y novedad llamado “There´s a place”, un tema increíble que John dejaba caer en el disco como si tal cosa, dejando claro que John Lennon ya era John Lennon, y enseñaba sus maneras desde el principio. También se grabó "Hold Me Tight", pero fue descartada y regrabada en septiembre para ser incluida en su siguiente disco. La agotadora sesión de aquel día dejó a Lennon sin voz,  a Harrison con los dedos sangrando de tanto tocar, y a Ringo con los brazos doloridos durante varios días, un disco increíblemente barato, sin pérdidas de tiempo. Dos meses después de su publicación (22 de marzo de 1963), "Please Please Me" alcanzaba l número uno en el Reino Unido, posición que conservó durante 30 semanas hasta ser desbancado precisamente por el segundo trabajo del cuarteto, "With The Beatles".

Eso fue mucho antes de acuñar el término "Beatlemanía", antes de The Ed Sullivan Show, de fumar canutos con Bob Dylan, de conocer a Elvis y a la Reina Isabel, del Sitar y el Maharishi Mahesh Yogi, mucho antes de que John conociera a Yoko, de los bigotazos de Paul, mucho antes de que se convirtieran en el eje principal del cambio de la cultura popular occidental. Antes de todo eso, a las diez de la mañana del 11 de febrero de 1963, los Beatles no eran más que una prometedora banda de Rock, con ganas de triunfar, tocar y transmitir, entrando en los estudios Abbey Road de Londres para grabar su primer disco. 9 horas y 45 minutos después, lo habían terminado. La leyenda había empezado. Para siempre....



2 comentarios:

  1. Ay Señor... un tocadiscos de bombillas. Qué tiempos, y qué envidia, con lo bien que sonaban...

    Magnífica historia, sí señor, muy bien contada. Para meter un poco de escarnio en el asunto podemos decir que, entre las casas discográficas que rechazaron a los Beatles, el caso más sangrante fue el de la DECCA: Dick Rowe, uno de sus jefazos, le devolvió las cintas a Epstein diciendo dos cosas: que la grabación era bastante mala (en lo cual tenía parte de razón) y que "los grupos de guitarras ya no se llevan". Eso es visión de futuro, no hay duda. Qué tío.

    Los primeros discos de Beatles, aún hoy, son una escuela para todo aquel que quiera dedicarse a esto. No digo que luego fuesen mejores o peores; pero esa potencia, esa frescura, ese sentimiento, no han sido superados.


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  2. Ua historia escepcional... como me habría gustado vivir esa época :) aunque mi madre piense que estoy loca...
    Gracias por la lección, Sebas.

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