miércoles, 26 de junio de 2013

Cancion del Verano: "1960"







Comienza el período canicular, esas semanas en que el calor es más intenso, y los que aún tenemos la "suerte" de trabajar regularmente (vaya tiempos vivimos), sólo tenemos el punto de mira puesto en las próximas vacaciones estivales. Por eso, y por que seguramente queréis gastar vuestro precioso tiempo en tomaros unas cervecitas en una terraza, o aprovechar el buen tiempo para tomar el sol o hacer deporte (que me han contado que algunos también hacen esas cosas), los próximos post serán lo más ligeros y "refrescantes" que pueda. Se me ha ocurrido hacer un repaso por las canciones del verano, ese fenómeno musical de ritmo pegadizo y bailable, letra sencilla y estribillo facilón, que nació n la década de los 60, y nos acompaña hasta nuestros días, y para no líar mucho el asunto nos centraremos únicamente en aquellos temas que fueron número 1 durante el mes de agosto en USA, Francia, Italia, Gran Bretaña, y por supuesto, España (que no se me enfade nadie por no nombra otros como Argentina o México, donde la canción del verano también fue muy representativa, pero, entenderéis que uno escribe sobre lo que conoce mas). El inicio real de este fenómeno músico-comercial es fruto de debate entre los expertos, algunos afirman que se originó en Italia, en 1960, donde se puso en marcha un concurso en él se elegía por votación la que sería la canción veraniega. Esta fórmula se extendió a Francia y España ( cono el Festival de la Canción Mediterránea y el Festival de Benidorm), donde prosperó rápidamente gracias al boom turístico, la llegada de la televisión y la aparición de las listas de éxitos en las emisoras de radio. Lo cierto es que no me importa demasiado, en España, como vereis llegábamos tarde a todo, y tardamos unos años en entender como iba esto, así que, de momento, comenzaremos por el principio, por 1960....

Estamos en 1960, los niños llevaban pantalón corto y merendaban pan con una onza de chocolate, se acababa de inaugurar el Talgo Madrid-Barcelona, el Seat 600 costaba 65.000 pesetas, en Roma se celebran los Juegos Olimpicos, y en Francia la Eurocopa de fútbol (conocida oficialmente entonces Copa de Naciones de Europa), Sam Cooke lanzaba su magnífico "(What a) Wonderful World", Ray Charles nos emocionaba con "Georgia on My Mind" y Chubby Checker nos enseñaba a bailar "The Twist", mientras unos recién bautizados Beatles comenzaban a dar forma a su sonido durante de 48 noches en el club Indra de Hamburgo, Alemania Occidental. Mientras tanto, por estos lares, nuestro éxito veraniego llegaba de la mano de un pionero cantautor nacido en Jaén, y formado en la Tuna universitaria, José Luis Martínez Gordo, conocido artísticamente como José Luis y su guitarra, llegaba al número uno con un tema que había dedicado a su novia de siempre, con la que se había casado un año antes, "Mariquilla", tema que sonó muchísimo desde que salió en 1958, y que le dio fama internacional, convirtiéndolo en una estrella en latinoamérica, especialmente en Argentina, aunque muy conocido su fama fue efímera, sin embargo, y para ser justos, el single mas radiado y vendido, fue el del  joven canadiense Paul Anka, quien no tenía problemas de censura con su bíblico tema "Adam and Eve", con el que la casta juventud podía bailar pop, sin temor a ser llamados al orden...



El potencial comercial de un tema veraniego, posiblememente, sólo lo habían apreciado los yankees (luego lo vemos), y por aquel entonces, el tema estrella era el mas vendido, o el mas radiado, sin ser especialmente un hit creado ex profeso. Tal vez por esa razón, y por que el cine era el entretenimiento social mas popular, muchos de los temas estrellas de estos primeros años 60, están relacionado de alguna u otra manera con la película de moda (¿tal vez el blockbuster llegó antes que la canción del verano?). Quizás por eso mismo, en nuestra vecina Francia, el número 1 indiscutible de ese verano lo ostentaba una preciosa joven italiana nacida en Choubrah, un barrio a las puertas de El Cairo, Miss Egipto en 1954, y que triunfaba en Francia como actriz y cantante, Iolanda Cristina Gigliotti, más conocida como Dalida lo petó durante tres meses seguidos con una canción de Manos Hadjidakis compuesta para la película "Nunca en domingo" ("Pote tin KyriakiJules Dassin 1960), una comedia  griego-estadounidense que obtuvo numerosos premios, incluyendo el Oscar a la mejor BSO, y mejor canción "Les Enfants du Pirée", interpretada en la película por Melina Mercouri, pero en Francia fue la versión de Dalida la que conseguiría mayor popularidad, sólo desbancada el 19 de Septiembre por "Romántica", otro tema de la misma artista italiana...



Y si en aquel agosto en Francia era una italiana el número uno, con un tema de una película griega, en Italia ocurría algo similar, en Agosto de ese 1960, la pomposa balada, "Il nostro concerto", del cantante  Genovés de azarosa existencia, Umberto Bindi (discriminado por declararse abiertamente homosexual, padre muerto por un disparo...) sólo tuvo un claro competidor, un tema cinematográfico llegado del otro lado del charco, una suave brisa veraniega de la mano del director de orquesta Percy Faith "Theme From A Summer Place", tema central del BSO original de "A Summer place" (Delmer Daves, 1959), protagonizada por dos ídolos de adolescentes como Troy Donahue y Sandra Dee, sobre la pasión y un embarazo no deseado, curiosamente en USA, se aprobaba el uso de la píldora anticonceptiva el Junio de ese mismo año, meses después del estreno de la película. Bueno, pues este tema (nº 2 en USA) llegaba a top en Italia, donde habían rebautizado la película con el sugerente título de "Scandalo Al Sole", y ni que decir tiene que fueron muchos los artistas que lo versionarían a lo largo de los años, Billy Vaughn, The Tornados, The Chordettes, Santo and Johnny, Bobby Vinton, Dusty Springfield......



Si, como podéis ver nada que ver todavía con el concepto de canción del verano, pero, ¿y los anglosajones?, bueno, pues parece mentira, pero a pesar de no tener tanto sol ni playa, ya tenían claro que en verano hacía falta algo de ritmo juvenil. Así que en la Pérfida Albión, el numero uno de los primeros días de agosto, lo ostentaba el bueno de Johnny Kidd & The Pirates, rockero misterioso y auténtico, con ese aspecto de pirata, gracias a un parche que ocultaba su ojo de cristal (perdido por un accidente cuando cambiaba una cuerda de su bajo) con su rotundo y oscuro primer gran éxito "Shakin' All Over" (otro día le dedicaremos mas tiempo a este gran pionero británico), pero pronto sería desbancado, y el resto del verano, el trono sería para otro inmenso artista, uno de mis preferidos, el genial Cliff Richard, acompañado de The Shadows, con la simpática "Please Don't Tease", tema con el que conquistaría ese mismo año a los fans de la India, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega y Tailandia, consiguiendo vender 1,6 millones en todo el mundo. Pero se puede apreciar que hasta el momento, el éxito del verano dependía del single que más vendía, sin mayores preocupaciones ni intenciones comerciales, lejos estamos de los Georgie Dann o el Aserejé, já, dejé, dejebe tu de jebere sebiounouva, majabi and de bugui and de buididipí....pero quizás los americanos lo tuviesen mas claro...¿o no?



 Tal vez fue pura casualidad, pero en los USA el número uno de agosto de 1960 tenía ya todos los requisitos para ser una genuina canción del verano, ritmo fácil y machacón, letra sencilla, y estribillo simple y bailable, y además habla sobre una chica que no se atreve a enseñar en la playa su "revelador" bikini de lunares amarillos, simple sencillo y playero. Un tema precursor del "sonido chicle", compuesto por Paul Vance y Lee Pockriss para la emergente estrella Teen de Queens (New York), Brian Hyland, quien un par de años después conseguiría otro éxito que se suele asociar al verano (esta vez al final de este periodo), "Sealed with a Kiss", con el que posiblemente sea recordado. Este si es un tema veraniego, pegadizo y machacón, tal vez la primera "summer song" al uso, y su dicharachero título "Itsy Bitsy Teenie Weenie Yellow Polka Dot Bikini" se convierte en una especie de "amenaza" de lo que nos va a llegar en los veranos de las décadas siguientes. Bueno, pues esto nos dio agosto de 1960, no quería extenderme mucho, y al final igual me he pasado, otro día intentaré ser mas conciso....i promise!...disfrutad del sol!

jueves, 20 de junio de 2013

"Y nos dieron las diez con tus Ojos de gata"






Esta es la curiosa historia de dos temas, dos conocidísimas canciones que a su vez son una sola. Pero también es una historia de contradicciones, sospechas, hechos comprobables, suposiciones, malos entendidos, un eterno debate entre prensa y fans de ambos autores, un asunto que estuvo a punto de derrumbar la amistad entre sus dos protagonistas. Es un caso único en la historia de la música pop española, y eso que en el ámbito de las "colaboraciones musicales" ha habido de todo, grabaciones a distancia, composiciones a cuatro manos entre artistas que ni se hablaban, dúos que se conocen el día de la grabación... pero este es uno de los mas curiosos casos, protagonizado por dos de nuestros compositores mas grandes e importantes: Enrique Urquijo y Joaquín Sabina.

 Es evidente que "Ojos de gata" (Los Secretos, "Adios tristeza", 1991) e "Y nos dieron las diez" (Joaquín Sabina, "Física y química", 1992) son tos temas mellizos, aunque no se puede hablar directamente de plagio por diversos motivos, la primera y principal, es la admiración mutua y la amistad que unía a ambos artistas, que conocedores de los dos trabajos decidieron que cada uno se adjudicase la autoría de su canción sin malos rollos. Pero vayamos al inicio de todo esto pare ver que no es tan sencillo como parece, a finales de los 80, Urquijo y Sabina habían entablado una relación de amistad, compartían gustos similares, Enrique había comenzado un distanciamiento con su banda, buscando un nuevo sonido propio, los Secretos habían nacido bajo la sombra del AOR norteamericano, y más concretamente del que enraizaba con los country-folk-rock (Neil Young, Jackson Browne, James Taylor...), y poco a poco evolucionaron al pop. En ese camino de búsqueda de identidad propia, Enrique encuentra en Joaquín un asesor, ambos son admiradores de la Ranchera y el sonido Tex-Mex, debaten sobre José Alfredo Jiménez, Chavela Vargas o María Dolores Pradera (piedras angulares de sus posteriores discos con Los Problemas), pero también disfrutan juntos de las noches madrileñas, entre copas y diversiones varias. Enrique pasa días enteros en casa de su amigo, algunos dicen que fue allí donde comenzó todo este lío, pero la versión mas corroborada nos sitúa en el pub Bwana de Madrid, a principios de 1991. Los Secretos tienen un bolo al día siguiente, sin embargo Enrique tiene ganas de salir a tomarse unas copas, acostumbrado a sus desfases, Pedro Rodríguez Almeida (mánager de la banda), decide acompañarle para evitar que se "desmadre" demasiado. Casualmente en el local se encuentra también Joaquin Sabina, toman unas copas juntos, y en mitad de la conversación, Enrique le cuenta a su amigo que se encuentra algo "seco" de ideas y le pregunta si no tendría algo de material que pudiese servirle de utilidad para su nuevo álbum. Sabina acostumbraba a llevar una libretita, por si le venía una idea poder apuntarla sin miedo a que tras una larga noche la olvidase para siempre, sin dudarlo le muestra unos versos que cree apropiados para su colega, y que él no cree que vaya a utilizar, Enrique los lee emocionado, y copia en una servilleta de papel, eran estos:

"Fue en un pueblo con mar
una noche después de un concierto;
tú reinabas detrás
de la barra del único bar que vimos abierto.
Cántame una canción
al oído y te pongo un cubata.
Con una condición:
que me dejes abierto el balcón de tus ojos de gata.
Loco por conocer
los secretos de su dormitorio,
esa noche canté
al piano del amanecer todo mi repertorio."



Poco antes del amanecer, su mánager consigue convencerle para retirarse, y lo acompaña en un taxi hasta su casa, allí mismo, Enrique comienza a completar aquellos versos, en un primer borrador de lo que finalmente se convertiría en "Ojos de gata". Con el pleno convencimiento de que Sabina le había cedido aquellos versos, decide presentarle el tema al resto de la banda, quienes lo reciben encantados como parte de su próximo lanzamiento discográfico "Adios tristeza". Mientras tanto Sabina, desconociendo que Enrique había completado aquellas dos estrofas, e incluso le había puesto música, continúa completando los temas de su décimo disco, completando su "versión" del tema, titulándola “Y nos dieron las diez”, aunque aún no tiene claro si incluirla o no en el disco. Hasta aquí, mas o menos todo el mundo esta de acuerdo en los hechos, pero ocurre que si Sabina no conocía la melodía que Urquijo había compuesto para sus versos ¿por que el parecido musical es tan evidente?, no puede ser fruto de la casualidad. Por lo que es evidente que Sabina escuchó "Ojos de gata" antes de completar la suya!. Sobre ese tema hay dos versiones distintas, la primera la cuenta Joaquín Torres, productor de Adiós tristeza, al parecer Enrique lleva a casa de su amigo una grabación de "Ojos de gata" para mostrarle lo que había hecho con sus versos, a Sabina le gusta tanto que le dice que ya no va a grabar la suya, y dejaría el tema aparcado, quizás para otro disco. Pero la melodía no para de rondarle la cabeza, así que a la balada triste y romanticona de los Secretos, le da una vuelta y la convierte en una especie de ranchera canalla, así que llama a Enrique y le dice que ha cambiado de idea, pero que no saldrá como single del disco, algo de vital importancia ya que los Secretos ya tenían previsto el lanzamiento del suyo, sin embargo, finalmente también "Y nos dieron las diez" también sería publicada como single (con gran éxito, por cierto).

Si la primera versión de los hechos debe ser fiable por venir de boca del productor de la banda, la siguiente también es posible, por que allí hubo mucha gente. Ocurrió en un festival en Gran Canaria, el 29 de noviembre de 1991, poco antes del lanzamiento de "Fisica y Quimica", allí coinciden Sabina y Alvaro, el hermano de Enrique, al parecer Joaquin le pregunta por su hermano, y le dice "Dile que ya no haga la canción, que ya la he terminado yo", a lo que Alvaro le responde algo así como,"...pues si vieras el temazo que ha hecho", se meten en uno de los camerinos junto a Pancho Varona, donde les pone el CD con el tema de Enrique, (aquí es donde la historia rechina un poco, Sabina por esas fechas ya tenía grabado todo su disco, y el de los Secretos ya estaba a la venta). Sabina se emociona al escucharla (al menos en esto están de acuerdo ambas versiones), sin embargo le dice a Alvaro algo así: "Vosotros la habéis sacado a vuestro modo, yo la haré al mío, con mi nombre, sin competencias ni malos rollos". Lo cierto es que aunque la letra inicial fuese de Sabina, es evidente que la música fue compuesta por Enrique, por lo que en ambos discos debería acreditarse a ambos compositores como autores de los dos temas. ¿Y por que estoy tan seguro de que fue Urquijo y no Sabina quien compuso la melodía?, es bien sencillo, Enrique sentía una autentica devoción por el músico estadounidense Gram Parsons (1946-1973), miembro de legendarias bandas como The Byrds o The Flying Burrito Brothers, y conocía al dedillo toda su obra, de hecho se inspiró para "Ojos de gata" en un tema que Parsons escribió durante 1968, durante una gira británica con the Byrds, poco antes de abandonar la banda, se trata de "Drug store truck drivin man" (Dr. Byrds and Mr. Hyde, 1969).



Cada cual que saque sus conclusiones, lo cierto es que mientras en los créditos del disco de Los Secretos se atribuye, como es lógico, la canción a Enrique Urquijo y Joaquín Sabina, en "Física y química" sólo aparece Joaquín Sabina como autor de música y letra. Miguel A. Bargueño, autor del libro "Enrique Urquijo, adiós tristeza", indica que esta serie de malos entendidos incomodaron de sobremanera a Enrique, que durante un tiempo dejó de ver a su amigo, por su parte, Sabina cuenta que no fue para tanto. Poco después, a modo de conciliación Sabina le muestra una letra a Enrique para que componga la música, y poder rubricarla a medias, sin embargo, éste se desentiende parcialmente del asunto, y es su hermano Alvaro quien recoge el testigo y completa la conocidísima “Por el bulevar de los sueños rotos” ("Esta boca es mía", 1994). Dos temas preciosos, quizás mas popular y beneficioso el de Sabina, que transita por el lado mas canalla del que triunfa una noche con la rubia de turno, mientas la otra habla sobre el artista cuya imagen supera su persona, la humanidad ante la vanidad, con esa dura y sincera manera de explicar las cosas de Urquijo, un tipo que empezaba a estar ya más que harto de ese montaje manipulado llamado la Movida, que lo mismo emparejaba a seudopunks diletantes como Alaska y los Pegamoides, escandalosas sin rumbo fijo como Almodóvar y MacNamara, artistass más o menos dignos como los Zombies, pijos/rebeldes con gracia como Los Nikis o tecno-freaks como Aviador Dro. Enrique Urquijo, desde luego, era otro tipo de artista, como Antonio Vega o Santiago Auserón, por ejemplo: al fin y al cabo, ¿cuántos de la movida sabían qué puñetas era "Hickory Wind" y quién carajo había sido Chris Hillman?, por eso yo, personalmente, me quedo con la melancolía de Los Secretos, ....hasta pronto!

jueves, 6 de junio de 2013

Versión Original: "Shake a Tail Feather"






En realidad soy un tipo muy normal, trabajo y me relaciono con los demás como cualquier hijo de vecino, no soy de los que agobian a sus amigos con "batallitas" musicales culturetas, ni me paso todo el día con el mp3 o la radio puesta. Adoro la música, es parte de mi propio yo, pero cada cosa en su sitio, tengo otras aficiones, otras prioridades, sin embargo no hay un día que no dedique una porción de mi tiempo a disfrutar de ella, a escudriñar en busca de algún tema o artista que desconocía, a recuperar algún disco que había olvidado, o a conocer las nuevas propuestas de artistas de todo el mundo. Aunque no me cierro a casi ningún estilo (eso si, que nadie me nombre el reggaeton), debo reconocer que tengo cierta predilección por lo "retro" (no hay mas que ver este blog), por lo que en cuando me llama la atención alguna nueva banda, por lo general, suele tener cierto regusto "Oldie", sin importarme demasiado si hacen Soul como Sanford Alligator Band, James Hunter o Si Cranstoun, Jazz como Madeleine Peyroux, ZAZ o Caro Emeral, le dan al Blues como Meena o Dani Wilde, o al Rock como Babylon Rockets, Kitty Daisy & Lewis o Imelda May. Uno de mis últimos "descubrimientos" se enmarcan en este último grupo, Rock en su vertiente más "revival", seis (atractivas) chicas, que se lanzan al ruedo musical sin el respaldo de las discográficas, ellas se producen, hacen los arreglos, tocan, cantan, bailan y nos hacen retroceder a la época dorada del Rock and Roll a golpe de energía, mucho ritmo, taconazos, carmín y estética "pin-up". Os hablo de The Ladies, con Lady Cherry (ex-concursante de "El número Uno") a la cabeza, un prometedor grupo que te conquista desde que pisa el escenario. Su prometedor primer sencillo, "Rockin Lotion", es toda una declaración de intenciones, pero no quiero hablaros aún de ellas, en cuanto tenga su primer disco en mis manos, prometo hacer un análisis más detallado. El caso es que mientras escuchaba el avance de su trabajo en su página Web, descubrí una fantástica versión de un mítico y energético tema, versionado por decenas de grandes artistas de todos los tiempos, y me pareció una fantástica excusa e introducción para hablaros un poco sobre él....


El rock es un eterno feedback, se renueva mientras se retroalimenta, a veces de manera sutil, otras de forma descarada y premeditada, es el caso del tema de The Ladies, rebautizado como "Twist it (The Five Du Tones)". Con ese título está claro que quieren reivindicar la versión original del tema, desmarcándose ligeramente de los cambios que sufrió posteriormente (y que consiguieron hacerla mítica), no me parece mal, el tema ya era bastante bueno cuando se grabó por primera vez a finales de 1963, sólo que entonces su nombre era "Shake a Tail Feather". Los encargados de grabar por primera vez este super clásico del Soul, fueron cinco chicos que habían formado su primera banda en 1957, mientras estudiaban en el Patrick Henry High School de St. Louis, Missouri. A veces el destino es caprichoso, recién estrenados los 60, la madre de LeRoy Joyce (principal vocalista de la banda) decide mudarse a Chicago en busca de nuevas oportunidades, esa decisión induce al resto de componentes de The Five Du-Tones a probar fortuna en la ciudad del viento, centro neurálgico del Blues, lleno de posibilidades para los músicos de color del momento. Allí, pronto son fichados por un pequeño sello, One-derful Records, con quien continuarán el resto de su carrera. Lo cierto es que ninguno de sus secillos lograría un puesto relevante en las listas, su propuesta era sencilla, Soul y Rhythm and blues inspirado en los grupos vocales de los años 50 y el sonido de la Motown. Su mejor momento llega en 1963 con "Shake a Tail Feather" (algo así como "menea el bullarengue", jeje), un intento de imitar el éxito que the Contours habían conseguido un año antes con "Do You Love Me", para el sello de Berry Gordy, Jr. El tema, compuesto por Otha Hayes, Verlie Rice y André Williams (mítico de la Motown y Chess Recods) funcionó relativamente bien, pero ni mucho menos se acercaría a la popularidad conseguida por "Do You Love Me". The Five Du-Tones continuarían grabando hasta su disolución en 1966, sin colar ningún hit en las listas, pero como debéis saber, hay canciones con vida propia....


Curiosamente fue un año despues de la desaparición de sus intérpretes originales, cuando "Shake a Tail Feather" conseguiría un éxito un poco más relevante, un tímido puesto 25 en los charts en las voces de dos primos de Florida llamados James y Bobby Purify, el enérgico tema comenzaba a consolidarse, convirtíendose en parte del repertorio habitual de las estrellas Soul del momento. Si bien la versión original era irregular vocalmente, inconstante y algo descontrolada, los primos Purify le dan un toque de Soul con clase, aunque como perfectos baladistas que eran, les falta aportar algo de visceralidad al tema. La electricidad, la energía, y la sexualidad llegaría en la siguiente década. Es cierto que Ike Turner era un mal tipo, que abusaba física y emocionalmente de su mujer Tina, pero como músico tenía los conceptos muy claros, pulió a su mujer (posiblemente de las peores maneras) hasta convertirla en una grandísima intérprete, con capacidad de interpretar hits sin perder ni un ápice de garra e intensidad, su versión de este tema en los años 70, es de las mejores que se han realizado a lo largo de la historia (y son muchas, Mitch Ryder, Gerry, The Pacemakers, Tommy James and The Shondells, y un largo etcétera no tan destacable).


 Bien, el tema nace el los 60, se consolida en los 70, y nada más entrar en los 80 se hace mítico, curiosamente gracias al cine. En 1978, tras un par de películas de bajo presupuesto y nula repercusión, el director John Landis dio el pelotazo con "Animal House" (en España "Desmadre a la americana"), comedia gamberra de fraternidades universitarias, creadora de todo un género cinematográfico de dudosa calidad. Los buenos resultados en taquilla de aquella comedia, (en la que ya destacan momentos musicales notables), dio a Landis la posibilidad de emprender un proyecto de mayor envergadura, para ello echó mano del cómico del momento, un actor que ya había destacado en su anterior película, el gran (y malogrado) John Belushi. La idea era desarrollar un largo con los personajes creados por Belushi y su amigo Dan Aykroyd para el el programa de televisión Saturday Nigth Live, en aquel mítico show, entre los muchos sketches, John y Dani interpretaban a Jake y Elwood Blues, una pareja de hermanos peligrosos y adictos al Soul. The Blues Brothers fueron muy populares en televisión entre 1975 y 1979, siendo el momento mas esperado, un espacio musical de calidad en medio de un show de humor. Además la banda estaba formada por músicos de gran talento, los guitarras Steve Cropper (Otis Redding, Booker T. & The M.G..), y Matt "Guitar" Murphy (Otis Rush, Koko Taylor, Memphis Slim...), Donald "Duck" Dunn (bajo que comparte carrera con Crooper), Murphy Dunne (teclista de Ray Charles o The Conception Corporation) y el batería  Willie Hall (Booker T. & The M.G, Issac Hayes). La película "The Blues Brothers" (que en un alarde de ingenio, aquí se rebautizó como "Granujas a todo Ritmo"), era una auténtica gamberrada, humor irreverente desprovisto de cualquier otra intención que no sea entretener, demasiadas persecuciones, humor fácil, un filme muy irregular que, sin embargo, se convirtió en una película de culto. Aparte del carisma de Belushi (inmenso como  Jake Joliet Blues), el plato fuerte de la película eran unos curradísimos números musicales, temas clásicos interpretados por la banda, acompañados de auténticas leyendas de la música como Aretha Franklin, James Brown, Cab Calloway o John Lee Hooker. Pero el momento que nos ocupa hoy, es el interpretado por el grán músico de Georgia, Ray Charles. Mientras los hermanos Blues intentan reunir su vieja banda, deciden comprar algunos instrumentos, por lo que entran en una pequeña tienda de Chicago, Ray's Music Exchange, regentada por el propio Charles, allí deciden probar algunos instrumentos, y de esta manera comienza una de las escenas mas marchosas de toda la peli, mientras interpretan una genial y energética versión de "Shake a Tail Feather", en la calle cientos de espontáneos bailan al ritmo de la banda. El tema original de los Five Du-tones se creó aprovechando la proliferación de nuevos bailes en los 60, y esto mismo se añade en la versión de Ray, en cierto momento se nombran y se ven bailar ritmos divertidos como el Twist, the fly (la mosca), the swim (nadando), the bird (el pájaro), the monkey (el mono), el watusi, o the mashed potato (el popular puré de patatas de Dee Dee Sharp).... un repaso a los bailecitos que la juventud de los 60 disfrutaron que enriquecen el tema, convirtiéndolo en pura diversión, una genialidad que en las voz de Ray, y los hermanos Blues, crece como la espuma, convirtiéndose el la "nueva versión original", una obra renovada que os animo a probar, altavoces altos y a mover el culo con arte y salero...