sábado, 25 de junio de 2011

Swinging Blue Jeans "Hippy Hippy Shake"



Nos encontramos inmersos ya en plena canícula veraniega, el calor se apodera de nuestros días, acompañado de ridículas tormentas, que sólo consiguen acrecentar la sensación de bochorno. Durante estos días me refugio en casa tras el trabajo intentando escapar del ambiente exterior, que aquí en Valencia, se carga en exceso de humedad y la sensación pegajosa es casi vergonzosa. Esta semana mientras trabajaba en un "proyecto" del pronto os daré rendida cuenta, acompañaba mis tareas de un nutrido repaso a la discografía de los Beatles, pero las tardes son largas, y una cosa lleva a la otra y finalmente hice un recorrido musical bastante completo a los grupos surgidos en la región de Merseyside, a la que pertenece Liverpool. Muchos son los grupos que merecen ser nombrados en aquel movimiento cultural juvenil británico, sin embargo hoy me voy a detener especialmente en uno que surgió del mismo local que vio nacer a los Beatles, el mítico The Cavern, y que, en su corta trayectoria, alcanzaron un nivel de popularidad bastante importante, sobre todo si consideramos que mayoritariamente eran un grupo de versiones.

El estallido musical del sonido Mersey contó con numerosos protagonistas, todos intentando abrirse paso tras la ebullición creada por el fenómeno Beatle. Uno de los mas populares de aquel movimiento de primeros de los 60 fueron los Swinging Blue Jeans, un grupo que había comenzado su andadura musical a mediados de 1957 bajo el nombre de the Bluegenes y posteriormente the Swinging Bluegenes, combinando el Jazz con otro sonido de moda, el Skiffle. En aquellos años las bandas británicas del Mersey actuaban con profusión por todo el norte de Europa, los Swinging no fueron menos, tras forjarse una reputación en garitos como the Cavern o Mardi Grass, cruzaron el charco para interpretar sus frescos temas y rabiosas versiones en el Star Club de Hamburgo. Pero el público alemán no era un gran fan del Skiffle, así que su éxito fue mas bien nulo, es mas, en alguna ocasión les hicieron abandonar el escenario a base de abucheos. En un abrir y cerrar de ojos la banda reconsidera su estilo y, al igual que otras de su generación se deja influenciar por el Blues y el Rock'n'Roll americano, cambian de nombre, corrigiendo el primigenio error ortográfico en the Blegenes y comienzan una nueva andadura como Swinging Blue Jeans, con una definitiva formación compuesta por Ray Ennis (voz y guitarra), Ralph Ellis (guitarra rítmica), Les Braid (bajo) y finalmente (aunque no sé por qué relegamos siempre al pobre batería al final del grupo) Norman Kuhlk a las baquetas. Compartían con otros grupos de la época los mismos conceptos musicales, es decir, la sincronización del bajo eléctrico y la batería como base rítmica y una armonización vocal cercana al Doowop, aunque siempre en una tonalidad media, mas natural.




Con el cambio de sus instrumentos acústicos a sus equivalentes eléctricos y un sonido nuevo y mas vigoroso, se meten en el bolsillo al público alemán, y sobre todo, llaman la atención del productor de EMI, Walter J. Ridley, que llevaba gente como Johnny Kidd & The Pirates o Alma Cogan, que les consigue un provechoso contrato para grabar su primer single. En 1963 sale al mercado "It's Too Late Now", un tema escrito por el mismo Ennis, que alcanza el número 30 en las listas del Reino Unido, su siguiente trabajo "Do You Know", también de Ennis, no tiene tanta suerte. Pero ese mismo año otro single les coloca en lo alto de la tabla, una versión de un popular tema escrito por Chan Romero en 1959, que se convierte en estandarte del sonido de la banda, "Hippy Hippy Shake" que en diciembre de 1963 consigue el número 2 de las listas U.K. y les abre las puertas a la fama mundial (y a la historia de la música pop, diría yo) además de crear las bases para que un año después los cuatro de Liverpool triunfen con otra versión, la de "Twist and shouth".

El sonido fresco y vibrante de los Swinging les mantiene en lo mas alto de las listas de éxitos con sus potentes y seminales versiones, el éxito se mantiene gracias a temas clásicos como "Long Tall Sally", "Ready Teddy", "Good Golly Miss Molly" o "Lawdy Miss Clawdy", aunque en mi opinion brillan mas en las versiones de temas mas pausados y sentidos, en especial “"You're No Good" y "Don't Make Me Over", aunque es cierto que son mas recordados por sus temas mas maschosos y frescos. Sin embargo el ritmo pegadizo y enérgico del Mersey acaba por pasar de moda y todos aquellos grupos que no supieron, o no tuvieron capacidad para evolucionar, acaban disipandose. En 1965 su cadena de éxitos acaba difuminandose entre los nuevos sonidos, y aunque aguantan el tirón como grupo de rock inglés de referencia hasta 1968, su historia acaba a principios de los 70, lo intentaron con otros nombres como Music Motor o Ray Ennis & The Blue Jeans, pero la formula estaba agotada, a pesar que su carrera continúa hasta nuestros días, con una formación muy distinta de la original, sin ninguno de sus miembros originales, y a base de revivir viejos éxitos, muy en la linea de los "falsos" Platters.

Fueron una de las bandas esenciales para el sonido Beat, un grupo con garra y potencia que, en el colmo del anecdotario, diremos que pelearon con los Rolling Stones por un bolígrafo para firmar mas autógrafos en los estudios de la BBC durante la grabación del primer programa de "Top of the Pops". Buen Rock, buen pop, mejor Beat y una leyenda de la música, participes muy aventajados de la evolucion de la música pop del pasado siglo XX. Un sonido sencillo y sincero, ideal para estas tardes de verano, una verdadera delicia sonora, parte de la historia de la música, aunque su nombre deje frío a mas de uno...the Swinging Blue Jeans.


jueves, 16 de junio de 2011

Kitty Daisy & Lewis "Teen Rock Revival"




Todavía es pronto para saber si estamos ante un grupo revelación o una hábil maniobra de marketing, lo cierto es que han sido una de las grandes sensaciones de estos últimos años, junto a gente como Imelda May, Devil Doll o Dick Brave & the Backbeats, encabezan el resurgir del rock con aroma añejo, el nolstalgico sonido, puro y simple, que muchos degustamos con placer. Han sido acusados de ser un "producto" destinado a hacer caja ...¿perdón?, ¿desde cuando el Rock, el clásico, es un producto comercial de masas?, creo que dejó de serlo hace mas de 40 años, arriesgarse con un sonido y una estetica así es un salto al vacio, lo entiendo de los alemanes the Basseballs, que sí tienen un tufillo a montaje oportunista y algo falso... pero si estos muchachos quisieran hacerse famosos imitarían a Lady gagá, a los Jonas brothers o al Justin Biberón, no amigos, aquí hablamos de bien gusto, un ejercicio de revival con respeto y clase, buen Rock con toques de Blues, Country, Swing, Boogie...y mucha tradición, musical y familiar...

La familia Durham son oriundos de Londres, aunque escuchandoles uno pueda pensar que se encuentra ante una antigua banda del sur de Tennessee, viendoles la cosa no se aclara mucho, su vestuario vintage, sus modos sobre el escenario y hasta los instrumentos y micros que utilizan, tienen un aire difícil de situar en el tiempo. La música ha rodeado a los tres hermanos Durham desde su nacimiento, su padre (Graeme) es guitarrista además de ingeniero jefe de the Exchange Recordings, uno de los mas prestigiosos estudios de grabación de Londres, mientras que mamá Durham (Ingrig) había sido una de las pioneras del Punk-rock británico tocando la batería en The Raincoats.

Los tres hermanos tienen una gran formación musical, Daisy, que es la mayor, toca la batería, piano, saxo, xilofón, acordeón y además canta, luego está Lewis, es un autentico friki del sonido que se ha construido en su casa un estudio de grabación con equipos de los años 40 y 50, sacados de la BBC y RCA, además canta, compone, toca el piano, guitarra, banjo, lapsteel y la percusión. Finalmente tenemos a Kitty, la mas joven, voz principal y acompaña con el ukelele, banjo, trombon, armónica, guitarra y batería...todo un currículum para unos chicos de edades comprendidas entre los 15 y los 20 años. Los Durham regentan un prestigioso pub de conciertos en la capital británica, y una noche invitaron a tocar a the Arlenes, banda en la que militaba un viejo amigo de los Durham, Big Steve (antiguo componente de Rockinbirds), durante esa sesión la banda invitó a tocar con ellos a Lewis y a Kitty el clásico de Johnny Cash "Folsom Prison Blues", mientras los padres de los muchachos disfrutaban la actuación surgió la idea de formar un grupo. Al parecer las actuaciones de Big Steve sirvieron para afianzar a la banda, en una segunda ocasión, los dos hermanos Durham volvieron a subir al escenario, Lewis al banjo y Kitty a la percusión, pero esta vez se les unió Daisy con el acordeon. En una tercera vez Kitty ya hacía de vocalista, Lewis tocaba por primera vez una guitarra Gretsch (favorita de Cochran) y Daisy marcaba el ritmo con un "hit hat"(o platillo Charles). En ese momento ya habían grabado un single de relativo éxito "Honolulu Rock and Roll" y el tema que interpretaron aquella noche sería su segundo single "Mean Son of a Gun", tenian 12, 14 y 16 años.



Desde el momento en que sus voces comienzan a sonar por las emisoras, son invitados a tocar en numerosos festivales, tres años consecutivos en el Bestimal de la isla de Wight, dos mas en Glastonbury, ademas de acompañar en sus giras a músicos como Jools Holland, Mika, Billy Bragg, Mark Ronson...y abrir la gira americana de Coldplay, "Viva la vida tour". Durante estas actuaciones fueron ganando confianza y "tablas" sobre el escenario, si bien es cierto que las influencias de papá Durham fueron determinantes para subir a tan notables eventos a tres muchachos desconocidos, tambien hay una táctica implícita, ganarse el respeto y el sitio entre la profesión, por encima del éxito "pelotazo". Pero tambien jugaban la baza de la popularidad, en 2008 habían grabado varios Ep´s, fieles a su estilo "oldies" sus primeros trabajos salieron como singles y Ep's, el último de estos se convirtió en un adelanto de su primer disco largo, además de convertirse en un éxito absoluto. Se trata de una desconcertante (y magnifica) versión del clásico "Going Up the Country", con el que la banda de Los Angeles, Canned Heat, arrasaría en 1968. El tema está producido magnificamente, por eso es un trabajo desconcertante, por que 40 años después consiguen que el tema suene mas rock, mas blues y mas autentico que en su versión original.

Con tan magnifica tarjeta de presentación sacan su primer trabajo homónimo "Kitty Daisy & Lewis" (Sunday Best, 2008), en formato Cd, lp y en edicion limitada de 10 pulgadas a 78 Rpm, al mas puro estilo de los años 50. El disco se compone mayoritariamente de versiones de temas, sumergiendose en las raíces del Rock, en algún momento suena a Rockabilly, en otros a Blues y a Soul, arropados en todo momento por el talento de los papás Durham, que les acompañan en todas sus actuaciones, el padre a la guitarra y la madre al contrabajo, aunque siempre en segundo plano, dejando a los muchachos el protagonismo. Pero el éxito llenó a la crítica de dudas, un debút tan sorprendente, en manos de unos chicos tan jóvenes y solamente a base de versiones, aunque interesante no ofrece pistas sobre el futuro de la banda. Realmente no hace falta, en mi opinión y ante este disco, sólo hay que disfrutar y bailar, el futuro de estos chicos se verá pronto, van sobrados de inquietudes y talento, pero en realidad ya dieron pistas de lo que vendría. Al final de sus ultimas actuaciones se hacía acompañar de un trompetista Jamaicano, un tipo muy divertido y una leyenda del reggae: Eddie “Tan Tan” Thornton, con el que empezaron a experimentar con un nuevo sonido.

Este pasado Mayo ha salido al fin al mercado el segundo disco de estudio de Kitty Daisy & Lewis, "Smoking in Heaven", un trabajo con 13 temas en el que dan un paso adelante en sus carreras, aunque se mantienen los ecos rock y blues, el abanico de ritmos se amplia ofreciendonos algo de ská y un poquito de jazz, cierto es que el disco no es un completo acierto, algo largo y repetitivo, con tintes soul y ská en la línea de Amy Winehouse o su pupila Dionne Bromfield, pero es un gran trabajo, primero porque todos los temas están compuestos por los Durham, segundo por que se marcan tres instrumentales magníficos en los que ellos hacen todo el trabajo y tercero por que demuestra que tienen un gran futuro, comienzan a crear un estilo propio sin traicionar su inicial concepto musical. En realidad este podría considerarse su primer y verdadero trabajo discográfico, y creo que su evolucion va merecer la pena disfrutarla. En cuanto a lo que nos queda por ver, pienso que pronto comenzarán a hacer colaboraciones en solitario, y hay que estar muy atentos al joven Lewis que es un gran músico, con una gran visión, y su futuro puede ser muy prometedor, ya sea como solista, arreglista o incluso compositor. Un gran grupo que comienza un camino, después de un éxito temprano y sorprendente, un trabajo difícil, que seguro solventan con clase y profesionalidad, un proyecto vintage que nos ofrece un futuro mejor, aunque sólo sea en lo musical.


jueves, 9 de junio de 2011

Cine y música (2) "David Lynch"

"Las películas son un 50 por ciento visual y el 50 por ciento de sonido. A veces el sonido incluso exagera lo visual." (David Lynch)

Retomamos el cine, a través de la música eso si, haciendo un somero repaso de la utilización de temas conocidos del pop y el rock en las bandas sonoras. Antes que nada he de recalcar que no me considero entendido en composiciones originales para cine, y que tan sólo recupero aquellos directores que, de manera mas o menos acertada, dotan habitualmente sus escenas de una atmósfera especial gracias a la elección de un determinado tema musical, que suele salir reforzado y ligado posteriormente a esas imágenes en nuestra memoria.

El universo único de David Lynch siempre me ha fascinado, historias habitualmente dramáticas y de suspense, pobladas de personajes psicóticos y extraños, imágenes inquietantes con una estética propia, única, personal y muy cuidada. Hay que recordar que Lynch comenzó como pintor, estudió en la escuela de Arte e incluso viajó a Salzburgo para estudiar con el pintor expresionista Oskar Kokoschka. Se ha considerado que las películas de Lynch son como pinturas en movimiento, su resultado final se muestra poco a poco, indagando en los detalles, y la plasticidad de sus fotogramas está cuidadosamente elegida, desde la luz hasta los colores, pasando por el vestuario, la música, la decoración, el aspecto de sus personajes... todo en sus películas tiene un componente de elemento pictórico muy acentuado.

La carrera cinematográfica de David Lynch está, musicalmente hablando, ligada a la del compositor Angelo Badalamenti, que ha compuesto la mayor parte de las partituras de su filmografía. Pero David tambien ha estado involucrado en proyectos musicales dentro y fuera del cine, en especial en el campo de la música eléctronica, pero ese es otro tema, vayamos a lo nuestro. Tras su atormentante y surrealista debut "Cabeza borradora" (1977), Lynch se asocia con Mel Brooks con quien dirige la estupenda "El hombre elefante" (1980), una película poderosa y bella con partitura de John Morris. Tras un leve descanso le cae un encargo de Dino De Laurentiis, una superproduccion alucinada de resultado un tanto fallido "Dune" (1984), basada en la fantástica space-ópera de Frank Herbert, a cambio de este encargo Dino le promete una segunda película en la que Lynch tendrá el control total de la producción.


Tendremos que esperar hasta 1986 para que Lynch se destaque como director y creador de universos, con una historia inquietante, sensual y perturbada que comienza con un joven encontrandose una oreja cerca del jardín de su casa, "Terciopelo azul" (Blue Velvet). Desde el título ya se respira música, toda la apariencia y clima de la película gira alrededor del tema que le da titulo, un tema que ha recalado en las voces de decenas de artistas, pero cuya versión mas recordada es la que aparece en el film, la interpretada por Bobby Vinton en 1963, aunque también es interpretada en una escena por Isabella Rossellini. La brillante banda sonora incluye joyas como "Love Letters" de Ketty Lester o "Walk Away" de Tom Waits, aunque la palma se la lleva la escena en la que Dean Stockwell hace un emocionado playback del "In Dreams" de Roy Orbison, además esta película ayudó a relanzar la carrera tanto de Orbison, como de otro de los interpretes de film, el mítico Dennis Hopper.


Los siguientes trabajos de Lynch le acomodarian en su estatus de director perturbador, capaz de enganchar al público con su universo particular,un espacio en el que la música añade una dimensión extra a la experiencia del espectador. El gran éxito le llegaría con una serie de televisión, "Twin Peaks", el mítico tema central escrito por Badalamenti es utilizado de maneras diversas para reforzar la tensión, apoyado en algunos fragmentos por la voz sugerente de Julee Cruise, el resultado es un gótico moderno de una belleza incómoda. El trabajo mas "rockero" llegaría en 1990, con una de mis preferidas "Corazón salvaje", una fábula inclasificable sobre dos forajidos basada en una novela de Barry Gifford, en la banda sonora se mezclan clásicos de Elvis, interpretados por Nicolas Cage, el "Baby Please Don't Go" de Them, o temas de Gene Vincent, Koko Taylor y por supuesto el californiano Chris Isaak, quien aparece con dos canciones en la BSO, destacandose protagonista absoluto "Wicked Game" extraido de su tercer album "Heart Shaped World", cuyo videoclip había sido dirigido por el propio Lynch.



Luego vendrían "Carretera perdida" (1997) un film con una BSO para los amantes del Rock potente y distorsionado en el que se cruzan Marilyn Manson, Rammstein, David Bowie, Lou Reed, Nine Inch Nails, e incluso Antonio Carlos Jobim. Sus siguientes años son una imparable catarata de proyectos, "Una historia verdadera" (1999), alguna serie, películas para canales de tv documentales, cortos, producción de discos y películas de otros directores, hasta que llegamos a 2001. Es el año de "Mulholland Drive", en realidad un proyecto televisivo para la ABC, un piloto para una serie que no cuajó y que Lynch reconvirtió en largometraje que recibiría el premio al mejor director en el Festival de Cannes y una nominación al Oscar ese mismo año. Un film onírico, lleno de enigmas e interpretaciones en el que la música tiene un papel fundamental, destaca especialmente la versión del "Crying" de Roy Orbison, interpretada en castellano por Rebekah Del Rio, y algun tema sesentero de que destaco, por su belleza y por la escena en sí el "I`ve Told Every Little Star" de Linda Scott.

El cine de David Lynch no está dirigido a un público que guste de historias sencillas, o que le den todas las explicaciones de la trama, está mas bien dirigido al espectador perspicaz, capaz de investigar en las imágenes del film, buscando conexiones visuales y sonoras para enarbolar su propia teoría. O tal vez sólo sea un viaje, en el que hay que dejarse llevar, enredarse en el laberinto de su trama y empaparse de su espiritu. Gran parte del particular estilo visual de los films de Lynch es su aporte sonoro, y mas allá del Score, la elección de los temas que marcan un lugar o una situación determinada. Cada uno de sus films son fiesta audiovisual, muy distintas entre sí, pero con un espíritu hermanador, el talento inquietante y único de David Lynch.

jueves, 2 de junio de 2011

George Thorogood "and the Delaware Destroyers"



Recuerdo que tenía veinte años cuando me fui de casa, a la aventura, sin trabajo fijo, ni contrato, ni coche ni nada (eran otros tiempos ¿?). Vivía de alquiler junto a mi primo en un piso genial en el mismo centro de Valencia, tabajaba de D.J., camarero y encargado en un emblemático un local de copas de la noche levantina. Mi primo y yo somos unos fanáticos coleccionistas de música, él ademas, es un músico excepcional, recuerdo que cada viernes repetíamos el mismo "ritual de preparación", antes de ir al trabajo, un curro que, ademas, era una fiesta continua. Mientras nos esforzábamos por no quemar la ropa con la plancha, limpiabamos nuestras botas, nos duchabamos y perfumabamos adecuadamente (según presupuesto mensual)...nos regalábamos los oídos con un invariable surtido de temas que preparaban nuestro ánimo para la gran noche que estaba a punto de llegar, entre los vinilos que nunca fallaban en el plato, se encontraban "Rock this Town" de Stray Cats, "Si, si, nena" de Bruno Lomas o "Adrenalina" de los Rebeldes... y en las ocasiones en las que la noche prometía ser especial, un tema nos daba el punto de chulería y estilo que necesitabamos antes de salir de casa, aquel tema, aun sonando en un radio-casette de coche y entonado por mi inglés aprendido de chapurrear viejas canciones, marcó profundamente una de las épocas mas divertidas y emocionantes de mi juventud. Aquella canción influiría también una generación de Rockeros y, como pasó en 1968 con "Born to be Wild" de los Canadienses Steppenwolf, se convertiría en banda sónora obligatoria para cualquier imagen de moteros, chupas de cuero y rockeros en general, os hablo evidentemente de "Bad to the bone" y de sus artifices "George Thorogood and the Delaware Destroyers"...

De la vida privada y personad de George Thorogood no se conoce demasiado, el artista guarda con celo todo lo relativo a su intimidad y tan sólo han trascendido algunos apuntes biogáficos, intentando respetar al máximo esta premisa, vamos a dibujar el perfil de este gran músico estadounidense. George llegó a este mundo en Naamns Manor, un barrio de las afueras de Wilmington (Delaware) a principios de 1950, nacido el tercero de cinco hermanos, al joven George siempre le interesó la música, aunque no particularmente el Blues, se crió escuchando Rock & Roll, siempre fue un buen deportista, en especial destacaba en el béisbol, deporte al que se dedica semi-profesionalmente a principios de los 70. Unos años antes había vivido una experiencia que le combaría la vida, acude junto a unos amigos a ver una grabación del bluesman John Paul Hammond en Chicago, a partir de ese momento su concepto de la música cambia radicalmente y comienza a soñar un estilo propio. Tres años mas tarde, junto a Michael Levine al bajo y Jeff Simon a la batería, forma "the Delaware Destroyers".






Comienzan a abrirse camino en el mundo de la música con claras influencias de gente como Willie Dixon, Muddy Waters, Howlin' Wolf, Chuck Berry o John Lee Hooker, aunque su sonido tiene un sello propio, un dinamismo y una potencia endiablada, que fusiona el Blues y el Rock de manera contundente. A mediados de 1974 ya se habían recorrido todo el circuito de locales de Rock y Blues desde Delaware hasta Boston, donde deciden establecerse con la intención de colar sus maquetas en alguna discográfica. En una de aquellas actuaciones consiguen llamar la atención del productor John Forwad, que les consigue un contrato con Rounders Records, y así graban su primer álbum homónimo "George Thorogood & The Destroyers" , aunque se registró en 1975 no se pondrá a la venta hasta dos años después, las razones de este retraso se atribuyen a diversos factores, problemas, algunos cuentan que a George no le gustaba la portada, otros que la compañía no lo veía claro, y otros que el sonido del bajo no era bueno...bien, es posible, ya que Michael Levine es sustituido durante este periodo por otro músico más contundente, Bill Blough. Este disco incluye una genial versión de un tema que popularizó John Lee Hooker en 1966 "One bourdon, one scotch, one beer", y que fue incluido en un capítulo de "los Simpsons", aumentando así la popularidad del grupo.

Con su siguiente disco "Move it over" la banda consolida su potente sonido, consiguen entrar en las listas de éxitos, su fama comienza a llegar a Europa e incluso alcanzan el disco de oro. Con la incorporación en 1980 del prestigioso saxofonista Hank "Hurricane" Carter, la banda da un paso mas allá, alcanzando un nivel de vigor y calidad sonora impresionantes. La popularidad les lleva a una gira maratoniana de 50 días en 50 estados, donde llenaron en todas y cada una de las actuaciones. Tal éxito llama poderosamente la atención de una de las "majors", la poderosa EMI, que les graba el que será su trabajo más recordado "Bad to the bone" (1982), en manos de una gran compañía las cosas van de otra manera, el video de "Bad to..." se emite diariamente en la MTV, además de incorporar el tema en la BSO de la película "Christine" (John Carpenter, 1983), lo que les lleva a la cima de la popularidad de manera vertiginosa, manteniendose durante un año completo entre los más vendidos, años después y con otro film ("Terminator 2, Judgment day", James Cameron 1990) el mítico tema pasa ser definitivamente parte de la historia de la música y del cine.

A partir de ese momento, y hasta nuestros días, la banda graba un disco cada dos o tres años, sin prisas, siempre combinando los viejos clásicos del blues y el rock junto a una estupenda remesa de temas propios, acompañandose en diversas ocasiones de grandes músicos como Albert Collins, Bo Diddley, J. Lee Hooker...Combinando su personal estilo tanto en el Blues, el Rock, el Boogie o incluso el Country, despues de tantos años conserva ese "feeling" alucinante que hizo de su profunda y rota voz, una estrella algo fuera de lo comercial, un talento único y, aunque popular, un desconocido. Tras 23 años en the Destroyers, Hank Carter abandonó el grupo, por razones personales...sin embargo desde su web anuncia unas memorias donde va a contar las miserias, envidias, amores, odios y traiciones que esconde la banda....nos mantendremos a la espera.
En cuanto a George, se sabe que le gusta la cerveza, el whisky, aunque no en exceso (lleva una vida "sana" para un músico), la vida familiar y por supuesto el béisbol. Que George Thorogood es un gran artista no cabe duda, tal vez si fuera un drogadicto, un "rebelde" o hubiera muerto en trágicas circunstancias, hoy sería un mito como lo es Stevie Ray Vaughan, o Jimmy Hendrix, pero sigue vivo y en activo, quizás esto no sea propio de una Rock-Star, pero nosotros se lo agradecemos... enormemente...